Manos más bonitas: ejercicios y masajes
Ayudan a que las manos se relajen y recuperen para el día siguiente
Aprender a relajarlas.
No cabe duda: las manos son unas herramientas
milagrosas. Día tras día, llevan a cabo innumerables tareas, exhiben su
fuerza, sensibilidad y destreza según las necesitemos. Al final de un
día agotador, una combinación de ejercicios con los dedos, un cuidado
para la noche y unos masajes pueden ayudar a que las manos se relajen y
recuperen para el día siguiente.
Habilidades diarias.
La excelente estructura de las manos, compuesta por 27 huesos, 33
músculos y 15 articulaciones hace que éstas sean fuertes y muy ágiles.
Nos permiten teclear en el ordenador con precisos toques por pulsación
y, después, llevar pesadas bolsas de la compra con un par de dedos. A
pesar de sus grandes dotes, con demasiada frecuencia, nuestras manos
pasan mucho tiempo en una única e incómoda posición.
'Hobbies' para sus manos.
Aprender a tocar el piano es una forma ideal de evitar el
anquilosamiento de los dedos. Está demostrado que nunca es tarde para
aprender. Los pianistas mantienen la flexibilidad de los dedos hasta
edades avanzadas. Lo mejor es practicar una gimnasia específica para las
manos. La combinación de esfuerzo y estiramientos mantiene la
elasticidad del grupo de músculos de las manos y estimula sus funciones
motoras.
Ejercicios para unas manos fuertes y flexibles
Danza en solitario. Fomenta la concentración y la flexibilidad.
Hay que extender todos los dedos de la mano lo máximo posible; a
continuación doblarlos uno tras otro hacia la palma, intentando no mover
los otros dedos al mismo tiempo. Se comienza con el pulgar y se
continúa hasta el meñique, volviendo luego hacia el pulgar. Hay que
repetir este ejercicio diez veces con cada mano y luego diez veces con
las dos al mismo tiempo.
Aprender a relajarlas. Para aquellos que sufren demasiada tensión.
Se cogen los dedos de una mano y se estiran juntos suavemente hacia
atrás, haciendo lo mismo con el pulgar. Se mantiene el estiramiento y se
cuenta despacio hasta diez, el tiempo que necesitan los músculos para
detectar la estimulación y reaccionar. El ejercicio debe hacerse 10
veces.
Estiramiento de manos. Relaja y alivia las molestias de las manos agarrotadas.
Hay que cerrar ambas manos en un puño y extender lentamente los dedos,
separándolos lo más posible. Repetir este ejercicio diez veces. Se debe
notar que la mano se extiende cada vez más en cada nueva repetición.
Relajación adecuada. Por la noche, después de los
ejercicios con los dedos, es el mejor momento para disfrutar de otra
sesión de cuidados para las manos con un masaje relajante. Masajear y
acariciar las manos relaja la tensión. La presión ideal del masaje la
determina uno mismo, y tomar las riendas no resulta complicado. Si
además se hace con una crema específica, mejor que mejor, como por
ejemplo la fórmula nutritiva de Nivea Hand Tratamiento Renovador de
Noche, que multiplica por dos la eficacia de estos ejercicios y es el
complemento perfecto para los masajes relajantes. Con un riego sanguíneo
adecuado, la piel está lista para absorber todos los ingredientes
activos de la forma más eficaz.
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